Esta es la segunda parte de mis primeras impresiones de primavera 2023. Si queréis leer la primera parte, la tenéis por aquí.
Oshi no Ko
80 minutazos dura el primer episodio de Oshi no Ko... y aún así, me parece bastante complicado sacar conclusiones de esta serie. Es una introducción larga, con varios giros que servirían como entrada al nudo en cualquier otro guion, pero que Akasaka decide retorcer y retorcer, como si para llegar a los hitos deseados se propusiese seguir el camino más complicado posible. Hay elementos que a primera vista parecen innecesarios e incluso incoherentes. Pero, si algo tengo que reconocerle, es que los utiliza todos para meterse en el máximo número de berenjenales posibles. Con la sutileza de un elefante, el anime explora la comunicación mediada por mentiras en la sociedad de la información, cómo de ahí pueden nacer cosas genuinas y dependencias tóxicas, lo deshumanizante que son por formato las redes sociales e incluso cosas más específicas como la relación entre la mentalidad incel y la cultura idol. Todo desde diferentes puntos de vista, de personajes con su propia trama, de gente más o menos cínica con la horrible cultura del entretenimiento.
Es un cúmulo de decisiones extrañas, que funden temas que me interesan con el sentido del humor de un autor con el que no conecto por completo, una premisa extrañamente morbosa con lecturas sorprendentemente empoderantes, un subtexto extremadamente oscuro con una forma no tan diferente al de cualquier otra serie de Doga Kobo y un tono no tan distinto al de una telenovela cuestionable. Supongo que al poner todo esto en palabras y volviendo al principio, la conclusión sería que es una obra interesante de maneras imprevisibles, no tanto porque todo esté en el sitio que preferiría, sino porque propone texturas lo suficientemente originales como para estimularme áreas del cerebro que la mayoría de series de esta temporada ni siquiera pueden aspirar a rozar. Nada de lo que ocurre en Oshi no Ko me vuela la cabeza, pero todo lo que pasa me hace reflexionar, para bien o para mal; querer tener una opinión de ello. Y supongo que eso es lo que vuelve productivo a un visionado.
Mashle
Hay una satisfacción particular y positiva en las series que se ven justo como se merecen. Mashle es la historia de un chaval un poco tonto defendiendo a su abuelo adoptivo a puñetazos en un mundo donde todo se suele resolver con magia. No hay grandes innovaciones en su narrativa, y es una producción extremadamente humilde, con la decencia mínima de corregir sus dibujos pero sin hacer nunca nada llamativo.
Y, sin embargo, hay que ser mala persona para enfadarse con una serie que dedica su ending a mostrar al protagonista chilleando con sus compañeros de instituto en ropa de calle. A pocas personas me imagino citando esto como su favorito del año: es una comedia bastante tonta y poco ambiciosa. Pero también el tipo de obra que parece hecha por una buena persona, en la que todos sus personajes son tíos muy majos, y que no puede hacer mal a nadie. Una producción relativamente pequeña para un manga que tampoco necesitaba más con tal de sacarle una sonrisilla a quien esté en el mood, que se ve justo como se merece.
Dead Mount Death Play
La era de Mirai Nikki y Danganronpa terminó hace mucho tiempo, pero, de vez en cuando, algún escritor con un tornillo suelto se presenta con la determinación de buscarle un nuevo significado a la palabra "edgy". Esta vez ha sido el turno de Ryougo Narita, que ya conoceréis por Baccano!, y quien debía saltar un listón altísimo tras la inesperada aparición en 2020 de la excelente Akudama Drive. Y puede que no llegue a ese nivel, en parte por tener una producción y dirección mucho más normalitas, pero sí presenta con habilidad un buen número de ideas.
Es una serie muy de nicho, apasionadamente trashy en la superficie pero sorprendentemente meditada en el núcleo, que coge de aquí y allá los tropos que cualquier persona en sus cabales odiaría y los remezcla para dar a luz un mejunje sorprendente, solo al alcance de los espectadores más desquiciados que entienden la genialidad metatextual de Blood-C y que saben que Another no es el mejor anime de terror porque para eso está Mayoiga.
Kimi wa Houkago Insomnia
Entregar a los fans de Monogatari su comedia romántica sobre adolescentes insomnes no parece haber complacido a LIDENFILMS, quienes esta primavera se encargan de ir a por la gente que aún recuerda Shigatsu wa Kimi no Uso como una serie buena. En su día leí los dos o tres capítulos que habían salido de Kimi wa Houkago Insomnia, pero no continúe, más por falta de tiempo que de voluntad. Era un coming of age con un sentido del drama relativamente contenido y una capacidad muy alta para demostrar la habilidad de la autora con la pluma.
Sin embargo, la adaptación llena los silencios del manga con pianitos y melodramáticas actuaciones de voz, configurando una serie para adolescentes bastante convencional. Y, sin las ideas locas de Itamura, las limitaciones técnicas del estudio pesan mucho, mucho más que en la ya mencionada Yofukashi. No estamos ante un anime terrible, pero sí ante uno tremendamente soso, inferior en todos los frentes a su obra original y que no aporta nada nuevo sobre ella, la cual probablemente solo interesará a quien adore el género con locura y no quiera pasar por el aro de leer un cómic.
The Marginal Service
Lo que empieza como un desafortunado nuevo intento de Japón por emular la estética occidental no tarda en convertirse en la versión más desagradablemente racista de Men in Black que pueda imaginar un ser humano. Tirando paralelismos con huelgas por los derechos de los inmigrantes y justificando los métodos violentos de nuestro protagonista (el policía incomprendido), la serie nos introduce a su mundo de "fantasía", donde una raza extraterrestre vive entre nosotros, habitualmente disfrazada como minorías raciales, y se ha organizado para narcotraficar y ejecutar atentados terroristas. "¿Por qué hacen eso?", pregunta el protagonista a su mentor. "Tienen prácticas religiosas y procesos mentales diferentes a los nuestros. No intentes entenderlo", contesta él. "¡Bastardos!", exclama enfurecido nuestro héroe, al recordar cómo su colega de profesión murió a manos de uno de esos Borderlanders.
Para The Marginal Service ser inmigrante sólo está bien si eres un estadounidense negro obsesionado con los batidos de proteínas y dispuesto a ser la mascota graciosa del grupo. Muchas veces salen series cutres. A veces, series tan desastrosas que no deberían haberse producido, al menos no en sus circunstancias. Pero, de pronto, me encuentro con algo como esto, inimaginable en 2023, que atenta tan directamente contra la sensibilidad del espectador, que hace daño solo por existir, y el spin-off de KonoSuba! deja de parecerme tan malo.
Uma Musume: Pretty Derby - Road to the Top
Y, para cerrar la temporada, tenemos la nueva entrada en la creciente franquicia que es UmaMusu, la cual actualmente puede presumir de tener el Blu-ray televisivo más vendido en la historia del anime. Un título que sirvió como trampa para meterme en un lodazal más, como si no tuviera suficientes. Porque al principio todo es muy gracioso y no te enteras de nada, pero antes de darte cuenta estás buscando información sobre caballos japoneses que llevan 25 años muertos y terminas llorando con el final de la segunda temporada. Yo he avisado. Road to the Top se inspira en las carreras de la Triple Corona sucedidas en 1999, con Narita Top Road, Admire Vega y T.M. Opera O como los caballos protagonistas. Si todo esto os pilla lejos porque la del hipismo japonés no os la sabéis, solo necesitáis saber que la última es la mejor porque es tremenda otokoyaku. En fin.
Hasta donde sé, es la primera vez que una temporada se estrena completamente a nombre de CygamesPictures, y efectivamente hay cosas de PuriKone en la compo que logran un acabado generalmente superior, para mi gusto, a la interpretación de Studio KAI. La serie corre a cargo de un nuevo escritor que también se encargará de la tercera temporada, y recupera los núcleos temáticos ya propios de la franquicia: rivalidades y sueños. No es un punto de partida tan ofensivamente interesante como el del arco de Tokai Teio, pero en un episodio ya le han jodido el sueño de su vida a dos corredoras, así que nada, imagino que seguirán fluyendo la sangre y las lágrimas. ¡El mundo de las chicas caballo, tan salvaje como siempre!
Como en tantas otras temporadas, nos hemos quedado con una lista de anime larguísima, donde pocas cosas son absolutamente excepcionales e imprescindibles, pero hay una alarmante cantidad de series lo suficientemente interesantes como para querer seguirlas. Por tiempo, tendrán que caer varias por el camino, que se intentarán repescar a principios del verano. Pero esta claro que se avecina una primavera curiosa.
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Definitivamente no he podido escribir tanto como quería desde las últimas impresiones. En fin, se hace lo que se puede...
Palabras clave: Mengo Yokoyari, Daisuke Hiramaki, Aka Akasaka, Jin Tanaka, Hajime Koumoto, Tomoya Tanaka, Yousuke Kuroda, A-1 Pictures, DMDP, GEEKTOYS, Geek Toys, Shinta Fujimoto, Manabu Ono, Makoto Ojiro, Yuuki Ikeda, Rintarou Ikeda, Masayuki Sakoi, Kenta Ihara, Studio 3Hz, Cygames, Chengzhi Liao, Tatsuya Kobari