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Primeras impresiones de OTOÑO 2022 - [Parte 2]

¿Cómo andamos? Estáis leyendo la segunda parte de mis impresiones de otoño 2022. Quiero decir, lo pone solo unos centímetros más arriba. Obviamente lo sabéis. De cualquier forma, aquí os dejo la primera parte, por si no le habéis dado. ¡Empezamos!


Chainsaw Man

Hay sutilezas en el viñeteado de Fujimoto imposibles de trasladar a otro medio. No importa cuánto lo intenten: el capítulo de la hamburguesería nunca será tan hilarante como en el manga. Pero... ¿a quién le importa ahora mismo? En serio, ¿qué cojones esperáis que os cuente? ¡¿Habéis visto esta mierda?! Chainsaw Man es la superproducción definitiva, el blockbuster más rotundo y el nicho más rebuscado, la evolución última del molde utilizado para dar forma a Jujutsu Kaisen, a su vez consecuencia de un largo proceso de adaptación a la nueva industria que ha sufrido el shounen de peleas durante una década entera. Es una producción titánica, con más calidad que muchas películas, un campo de recreo para lo mejor de Japón y de la webgen a la vez.

Efectivamente, sacrifica parte del sarcasmo del manga, ese tono que invita a reírse de todas las situaciones hasta que ya no puedes más y te hundes junto a los personajes. Pero, a cambio, logra una melancolía como nunca he visto representada en el género (estamos hablando de que Kensuke Ushio ha compuesto la banda sonora de "El Hombre Motosierra"). Deja por completo de lado el humor pasivo de una pose stiff, mal garabateada en dos minutos porque la semana que viene toca pelea y hay que correr. Sin embargo, rescata un amor por el dibujo puro y duro, el de un monstruo enorme y complejo perfectamente trazado a sabiendas de que no vas a poder moverlo, que apenas veo fuera de OVAs viejas de Madhouse. Esta adaptación no es exactamente la Chainsaw Man que conocemos, pero creo que cualquier cosa con la confianza de alargar un plano para que el rugido de las motosierras suene durante un segundo más será "lo suficientemente Chainsaw Man" como para conquistar el mundo entero. Que tiene referencias a Attack of the Killer Tomatoes! en el opening, leñe.

Todos están hablando de Denji, dentro y fuera de Internet. Y eso es perfecto. La historia de estos personajes merece cada segundo de vuestro tiempo. Pero, ya que estáis, meteos el manga por el culo. No dejéis que los hijos del espectáculo asfixien por completo la pureza de ciertas cosas, por muy atractivos que resulten.


Blue Lock

Si editase una revista para chavales y un dibujante me viniese con un battle royale de fútbol, le pagaría lo que fuese para que se quedase conmigo. Más allá de preferencias personales, es una idea cojonuda: fácil de entender y con mucho gancho. Hasta ahí, bien. Mi única pregunta es... ¿cuál es exactamente la ideología de la serie? El individualismo como estrategia de supervivencia en la sociedad es un tema sórdido de cojones, pero Blue Lock se mete en ello sin tener las opiniones muy claras. Por un lado, el loquito de turno piensa que aplastar a los demás es un requisito para aguantar en el sistema y le parece hasta deseable. Lo normal es pensar que la serie va de cómo este tipo de mentalidad es lo que genera el conflicto, y toca luchar contra ella para demostrar que una sociedad puede alzarse a través de la cooperación entre individuos (bastante japonés, la verdad).

No obstante, el momento en el que el protagonista activa su mentalidad de tiburón y decide cargarse a todos los que estén por encima de él está presentado como la cosa más guay del Universo. ¿Es que cargarte a los de arriba solo para ocupar su puesto va a solucionar algo? Queda mucho por ver de Blue Lock, pero, por lo pronto, su afán por resultar atractivo para su público objetivo es una potencial fuente de roces ideológicos. ¿Que vuestro yo de 15 años quiere entretenerse un rato todas las semanas y que no le rayen? Bueno, entonces tiene un pase.


Bocchi the Rock

Estoy hasta las narices de series sobre chicas introvertidas encontrando la felicidad gracias a un grupo de amigas que le cae del cielo. Qué suerte que Bocchi the Rock sea tan buena que todo eso queda trascendido por completo. Con medio equipo de Wonder Egg a sus espaldas, el primer episodio nos vuelve a demostrar cómo el músculo técnico puede convertir lo aceptable en notable, y la atención a los detalles transformar lo notable en excelente. Y es que Hitori, que así se llama la protagonista, se vuelve más relatable a cada minuto que pasa porque la serie tiene un gusto estupendo a la hora de colar chistes muy específicos con los que cualquier persona introvertida puede identificarse.

En lugar de contarnos que tiene ansiedad social y esperar que el poder de los temas universales haga el resto, se dedica a colocar pequeños puntos que irás uniendo hasta ver el dibujo que te querían mostrar desde el principio. Un método, para mi gusto, muchísimo más estimulante. Normalmente me agotan los monólogos internos en anime, pero aquí están escritos con ingenio e interpretados con una finura increíble. Yoshino Aoyama lo ha dado todo. Y lo más importante de todo: el outfit que se gasta Yamada me genera una euforia de género que no me la creo. En conclusión, mucho tenéis que odiar el moe para que el pulso perfecto de la serie no os arrastre. Buen momento para ver anime, sí señor.


Fuufuu Ijou, Koibito Miman.

No puede terminar la temporada sin que me haya adentrado en las ignominiosas entrañas de una comedia romántica a todas luces problemática. En esta ocasión, le ha tocado a... More than a Married Couple, but Not Lovers. ¿Qué podría salir mal con ese título? Por lo pronto, la serie parece haber sacado su premisa de un hentai, ambientándose en una escuela que, como parte del temario, obliga a sus estudiantes a simular una vida en pareja dentro de unos apartamentos especiales para que la vida adulta no les pille por sorpresa. Excepcional. Por supuesto, al protagonista le toca con la gyaru de turno. Pero, por supuesto, a él le gusta su amiga de la infancia, más modosita. Y, por supuesto también, a la gyaru le pone el popu rubio de clase. Así que, como en toda comedia romántica, toca ayudarse mutuamente para que el otro consiga a su pareja ideal... en una trama que PARA NADA va a conducir a que los protagonistas se enrollen entre sí.

Bisque Doll es un portento técnico y tiene una filosofía entrañable bajo su superficie. Yofukashi no Uta está un poco rota pero toca temas interesantes te manera tangencial (y no tan tangencial). Esta... pues no sé. Está bastante horny. Tiene una propuesta visual curiosa, de paleta sobresaturada y fondos con línea, cortesía de Junichi Yamamoto. Se trata de un director raruno, que a finales de los 2000s hacía cortos artsy donde se dedicaba a mezclar fotos para hacer fondos y hablar del suicidio. Ahora está dirigiendo esto. El mundo es un lugar fascinante. Si alguien quiere fundirse el cerebro viendo bullshit todas las semanas en el móvil, yo no juzgo. Resulta bastante más tolerable que cosas como KanoKari. No era difícil, ¿verdad? En fin, supongo que algo es algo.


Urusei Yatsura

¿Cómo se hace Urusei Yatsura en 2022? Fantástica pregunta. Y puede que la respuesta más acertada sea "de aquella manera". El regreso de Lamu y compañía a la pequeña pantalla nunca es una mala noticia, pero, fuera del nada desdeñable confort, es una franquicia sin nada que decir a estas alturas. El icónico concepto de Rumiko Takahashi, ampliamente ensalzado por el trabajo de Oshii y su equipo, pierde lustre en una modernización rutinaria que no termina de sentarle bien a la sitcom: ahora Lum responde a arquetipos de moe moderno y Ataru es Hiroshi Kamiya, pero los televisores y teléfonos siguen siendo antiguos... ¿excepto en el opening?

El humor sigue siendo igual de problemático, pero censurando la mitad de las burradas, así que al final te queda un cúmulo de chistes un poco incómodos y nada graciosos. Olvidaos del estilo de colores retro, pero, a la vez, salvando un par de escenas y el pelo de la protagonista, no hay ninguna nueva propuesta que lo compense. Donde hay confianza da asco, así que el ritmo se ha descuidado bastante porque... bueno, la historia ya nos la sabemos. Siento que esta Urusei Yatsura va dirigida a que los fans de la versión del 81 recordemos quién es Lamu, pero sin tener muy claro qué discurso van a elaborar a partir de eso. Y, aunque las comparaciones son odiosas, siento que esta nueva serie habría tenido mucho más propósito si pretendiese justo lo contrario: llegar a un nuevo público mediante una modernización bien pensada.


Pues nada, ahora lo de siempre. ¿Cuáles de estas series son tus favoritas? ¿Estás siguiendo alguna que no haya preseleccionado? Dejadlo en los comentarios, ¡y nos vamos viendo!


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Vaya pedazo de temporada. Pese a que siempre terminas sacando algo interesante que seguir, hay que reconocer que el año no estaba siendo particularmente fino. Este otoño se ha sacado el carrito para rescatar 2022 como un todo, con más de un contendiente a anime del año, varias secuelas potentísimas y un montonazo de series sobre las que merece la pena discutir.

También creo que han sido las primeras impresiones a las que más jugo le he sacado hasta la fecha. Intento que cada visionado sea significativo y no limitarme a volcar sensaciones cuando me pongo a escribir. Espero que a ti también te resulte más interesante leerme, aunque sea porque te hayas acostumbrado a mi estúpida verbigeración.


Palabras clave: Fujimoto Tatsuki, Nakayama Ryuu, MAPPA, Muneyuki Kaneshiro, Yuusuke Nomura, Tetsuaki Watanabe, 8-bit, Keiichirou Saitou, Aki Hamaji, CloverWorks, Yuki Kanamaru, studio MOTHER, Hideya Takahashi, Yasuhiro Kimura, David Production

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