Llega el verano, y con él, las vacaciones. Al menos para algunas. Lo que siempre llega para todas es el principio de la temporada de verano, una nueva tanda de anime que no suele ser la más cargada del año, pero de la que siempre se extrae algo.
¡Vamos a por los cinco primeros!
Lycoris Recoil
El estreno de Rikoriko ha sido uno sorprendentemente bueno que me ha costado un poco llegar a comprender en su plenitud. Lo que se vendía como un slice of life de cafetería ha terminado por ser una buddy movie de tono extrañísimo. No es un blockbuster distópico, ni un drama edgy a lo Princess Principal, ni una pastilla de moe, pese a que tenga elementos que remitan a las tres.
En un sentido un tanto retorcido, se trata de una obra profundamente autoral (han dejado a Shingo Adachi hacer lo que quiera en su debut directoral), y aunque pueden salir muchas cosas mal, el equilibrio caótico de la obra y su peculiar sentido del humor me resultan bizarramente magnéticos. He visto el episodio dos veces seguidas, y cuanto más lo pienso, más gracia me hace. Ah, y Chika Anzai ha venido a recoger el testigo de Atsumi Tanezaki como seiyuu de la temporada. Esta señora es un puto monstruo.
RWBY: Hyousetsu Teikoku

La reinterpretación japonesa del fenómeno de Internet creado por Monty Oum tenía la imposible tarea de sacar adelante, con una producción casi disfuncional, una obra completamente basada en el abstracto concepto de "carisma". Es este "carisma" lo que tiene la RWBY original, y que esta versión ha sacrificado en pos de un tono más serio. Sin lo cutre, la comedia y las actuaciones en inglés, los personajes quedan denigrados a la versión más aburrida de los arquetipos en los que originalmente se basaban.
La producción tampoco puede soportar el estilo de la serie: no parece haber un solo dibujo corregido y existen constantes errores de layout donde el fondo y el personaje están en perspectivas diferentes. Y, pese a que cada animador hace lo que quiere (o puede), los rostros de porcelana embutidos en maquillaje natural de las protagonistas nunca se sienten expresivos. ¿La buena noticia? Esto ha sido un resumen del primer volumen. A partir del episodio 4, la serie tendrá la oportunidad de reajustar su atroz ritmo y construir algo decente, sin depender de la historia original. Esperemos que así sea.
Isekai Ojisan
Uno de esos casos en los que la premisa tiene más gracia que la serie. La idea de un treintañero que se ha pasado 17 años en un mundo de fantasía y vuelve a Japón tras todo ese tiempo sirve para repetir una y otra vez variantes del mismo chiste: el protagonista no es consciente de los cambios que se han producido en el mundo real en todo ese tiempo o bien no está familiarizado con la cultura otaku que experimentó en la realidad alternativa.
La producción tampoco ayuda a levantar la obra, solo unos pocos escalones por encima de un Gokushufudou, apenas animada y tampoco muy defendida en la pospro. No hace daño a nadie, y puedo imaginar a gente que entienda las referencias encontrándola simpática, pero hasta ahí.
Engage Kiss

Fumiaki Maruto se ha convertido en el único autor que ha logrado, por segunda vez, despertar en mí un sentimiento de odio absoluto y malestar físico viendo algo. Engage Kiss es la historia de un adulto disfuncional y egoísta, quien ha logrado que dos mujeres (una de ellas menor de edad) dependan emocionalmente de él lo suficiente como para que le paguen las facturas y le cocinen. Sin embargo, a la serie esto no le pareciese un setting fantástico para construir el típico triángulo amoroso, con su comedia y con su melodrama. ¡Tened en cuenta que el protagonista no es un tipo tan malo! Después de todo, no fuerza a la colegiala a venirle a cocinar cuando está de exámenes finales (léase con 10 kilos de sarcasmo y 20 litros de intención asesina).
No me gusta White Album 2, pero al menos ahí te puedes aferrar a Masaomi Andou, y con suficiente gimnasia mental, comprar que los protagonistas son tres adolescentes idiotas y la serie es un enorme "todo mal", que ese es el punto, que va de eso. Pero hay líneas que no se cruzan. Engage Kiss, sin ninguna clase de autoconciencia, es abiertamente pedófila, abiertamente erótica con esta condición, hace chistes con la posibilidad de que una niña de 16 años se meta una sobredosis de somníferos y lo postee en Instagram y... ¿sabéis que? Suficiente. Ni he mencionado la estética (que me repele) o lo técnico, pero es uno de esos reducidos casos tan atroces en los que no merece la pena.
Yurei Deco

Es normal estar un poco de culo con Science SARU. El estudio sigue siendo una de las firmas más interesantes del panorama japonés, pero sus cuestionables políticas organizativas han escrito auténticas historias de terror en los últimos años. Mi anticipación por Yurei Deco era justita, pero puedo decir que he salido del primer episodio con más ganas de seguirla que antes de darle al play. El tema de las redes sociales y los likes como moneda de cambio está trilladísimo, pero todavía se pueden decir cosas interesantes al respecto.
La dirección artística no tiene la contundencia de otras series del mismo staff, pero en semejante bombardeo de ideas, es inevitable que se cuelen diseños y conceptos muy originales. Es pronto para hablar mucho de la serie: dada su aparente linealidad, aún le queda mucho que demostrar. Esperemos que sea para bien. Por lo pronto, prestaría atención adónde apunta y ya veremos si hace diana. Solo empuñar la pistola tiene más valor del que parece.
______________________________________________________________________________________________________________
Palabras clave: RWBY: Ice Queendom, Uncle from Another World, You0 DECO, Suzuki Toshimasa, Kawai Shigeki, Tanaka Tomoya, Shimoyama Tomohisa, A-1 Pictures, Shaft, Hotondo Shindeiru